Salvador Castell González

Publicado en Peninsular Punto Medio el 24 de agosto del 2021

Mucha polémica ha causado el retorno presencial de los alumnos a las escuelas y se ha discutido mucho una “carta responsiva” que manifiestan los internautas transfiere la responsabilidad de la seguridad y salud de sus pequeños a los padres, deslindando a las autoridades.

Muchos puntos de vista se leen incluyendo los que apoyan y los que rechazan esta medida que parece precipitada, pero creo es necesario responder un par de asuntos.

En primer lugar, los derechos humanos son irrenunciables por lo que el estado no puede transferir la responsabilidad a los padres de ninguna manera, el derecho a la salud es un derecho y responsabilidad del estado.

También hay una pregunta muy importante: ¿Deben los pequeños regresar a clases presenciales? Y la respuesta es absolutamente sí, sobre todo los pequeños en etapas tempranas del desarrollo, donde gran parte del pleno desarrollo y maduración del sistema nervioso esta relacionado con la convivencia e interacción con su cohorte.

Peor también tenemos otra pregunta importante en este proceso. Es prudente o ya existen las condiciones para que regresen a clases presenciales los educandos. La respuesta es no, nos encontramos en el momento con mayor número de contagios en toda la pandemia y aunque la campaña de inmunización ha disminuido la mortandad de la COVID 19 la realidad es que esta sigue siendo importante y lo que sucede es que ya hemos normalizado la muerte por COVID 19.

Mucho se ha hablado de la inmunidad del rebaño, ese porcentaje mágico de la población cuando la cantidad de inmunizados rompen las cadenas de contagio y la enfermedad deja de ser un riesgo para las poblaciones. El día de hoy la cantidad de contagiados supervivientes, sumados a la cantidad de inmunizados por la vía de la biotecnología ya alcanzan este número teórico de la inmunidad comunitaria pero hay otro fenómeno que se ha observado y que ha sido uno de los principales factores para el control epidemiológico: “la hiperconectividad”, y no nos referimos al internet y el acceso al ecosistema digital, nos referimos a la movilidad creciente entre poblaciones y comunidades, la cantidad de personas con las que interactuamos diariamente, la cantidad de espacios compartidos, y un poco la irresponsabilidad de la gente, esto genera una gran cantidad de eventos probables de contagios, que sumados han ocasionado esta tercera ola.

También se ha propuesto y podemos sumarlo a las causas, la tendencia a la antivacunación, que, aunque la cartilla de vacunación inicial es obligatoria en México para enfermedades consideradas biológico infecciosas peligrosas, la COVID 19 todavía no ha sido incluida en este esquema inicial de vacunación, es mas ni siquiera han comenzado los ensayos de vacunación en infantes. Se ha propuesto entre la población una variación de la propuesta de Macron en Francia de restringir la movilidad a quien no presente un esquema de vacunación contra SARS CoV 2, pero la realidad es que esto es por menos discriminatorio.

Así, recapitulando todo esto los niños deben regresar a clases lo mas pronto posible y cada familia debe hacer su propio análisis del riesgo que puede representar para su propia familia y personas en convivencia considerando los factores de riesgo que ya todos conocemos porque también sería criminal mandar a nuestros niños a la escuela y que no puedan jugar y dar de vueltas en el pasto como lo que son, niños y niñas en sano y pleno desarrollo.

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Necedad o necesidad el retorno a clases

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