Una “burbuja de viajes”, la propuesta de varios países para reabrir sus fronteras en tiempos de coronavirus
Naciones europeas, así como del sureste de Asia y Australasia están considerando o han abierto corredores para viajar entre ellos e incentivar el turismo y otros intercambios. La Organización Mundial de la Salud afirma que estos arreglos podrían hacer parte de la “nueva normalidad” en medio de la pandemia del COVID-19.
La Organización Mundial de la Salud informó este miércoles que se encuentra asesorando a la industria aeronáutica para que cuando se retomen los viajes, las aerolíneas puedan hacerlo de la manera más segura posible.
Su director de emergencias, Mike Ryan , aclaró que, sin embargo, la reactivación del turismo y el comercio dependían exclusivamente de las políticas decididas por los países.
“Los Estados decidirán quién puede viajar hacia y desde sus países, y deberán hacerlo tanto en sus fronteras terrestres y su espacio aéreo, y los arreglos realizados en ambas situaciones pueden diferir enormemente y podríamos ver el regreso de los viajes terrestres antes de que veamos viajes aéreos extensos, pero eso está por verse”, explicó.
Ryan dijo que lo más probable es que, como está sucediendo actualmente, los países analicen cómo “igualar sus riesgos y respuestas” al COVID-19 con otras naciones, y creen una “burbuja de viajes”.
“Observamos a otros países y decimos: ¿el riesgo de enfermedad en su país es similar al mío y su respuesta es integral como la mía? Entonces, si intercambiamos ciudadanos o turistas, no hay diferencia si ambos estamos manejando bien el riesgo y la respuesta, no agrega riesgo adicional mover nuestros ciudadanos entre países”, dijo durante la conferencia de prensa habitual de la OMS.
El experto citó que esto ya está ocurriendo en países de los Balcanes como Lituania, así como entre Australia y Nueva Zelanda.
“La Asociación de las Naciones del Sureste Asiático también está analizando algo similar y creo que esta será la manera como regresarán los viajes y el comercio. No soy economista ni futurista, pero creo que vamos a ver que los países en las mismas regiones o subregiones, particularmente aquellos con fronteras terrestres y fuertes vínculos comerciales e históricos tradicionales, buscarán formas de igualar el riesgo, para que tengan confianza y puedan trasladar a los ciudadanos. Va a tomar tiempo, pero siento que esa es la forma en que va a suceder”, aseguró el director de emergencias.
Para Ryan, contrario al terrestre, el transporte aéreo es un desafío más complejo debido a su alcance, por lo que los países tendrán que implementar una gestión de riesgos mucho más sofisticada, tanto en términos de qué países pueden viajar y luego cómo se gestiona el proceso de la aerolínea o el proceso de viaje.
El coronavirus puede convertirse en un virus endémico
La Organización Mundial de la Salud también dijo este miércoles mantendrá el nivel de alerta por el coronavirus hasta que haya un control significativo de la transmisión y advierte que, aunque es difícil de predecir, el COVID19 podría convertirse en una enfermedad endémica y hay que estar preparados.
Actualmente el nivel de riesgo está considerado “muy alto” para la propagación nacional, regional e internacional, y la Organización no lo reducirá hasta que los países hayan puesto en marcha sistemas de vigilancia robustos y hayan fortalecido sus sistemas de salud pública.
El doctor Mike Ryan dijo que es muy difícil predecir cómo evolucionará el virus, pero debemos prepararnos a convivir con él.
“Este virus puede convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y no desaparecer nunca. El VIH nunca desapareció, pero hemos encontrado tratamientos y métodos de prevención y la gente vive sin miedo ahora y ofrecemos una vida larga y saludable a la gente con VIH”.
Ryan dijo que si se encuentra una vacuna muy efectiva que se pueda repartir a todo el que la necesite “podemos tener una oportunidad” de eliminar la enfermedad, pero dijo que para ello hará falta voluntad política, determinación para invertir en sanidad y en atención primaria y que la gente esté dispuesta a vacunarse, condiciones que no se han cumplido en la lucha contra otras enfermedades prevenibles como el sarampión.