En nuestros tiempos de postpandemia COVID SARS-19, el carácter patriarcal de nuestras sociedades se ha acelerado el tema a desaparecer en las sociedades mundiales, permitiendo así que la mujer sea reconocida como un actor relevante y válido, tanto en el ámbito de la vida personal como en el social. Las mujeres finalmente han adquirido un acceso más amplio a los recursos naturales de los que dependen para subsistir, así como mayor protagonismo en la toma de decisiones sobre ellos.
Las políticas implementadas para promover mejores prácticas para garantizar el acceso de las mujeres a los recursos naturales y reconocer el principal papel que desempeñan en la conservación y el uso sostenible de los mismos, han contribuido significativamente a esta causa. Se ha otorgado una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre el acceso y uso de los recursos naturales, garantizando así una mayor seguridad y estabilidad para su futuro, así como una mayor igualdad de género.
Es saludable y esperanzador ver que estamos avanzando cada vez más hacia un modelo de justa distribución de los recursos naturales, donde los principales actores crean condiciones más equitativas para todos los involucrados. La inclusión de la mujer en este contexto es un paso significativo para lograr un equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la sostenibilidad de los recursos. Así, nuestra toma de conciencia de la relevancia del papel de la mujer en la lucha por los recursos naturales debe ser la imprescindible para alcanzar una justa distribución de estos.
Como ejemplo, en las comunidades de la región tropical del mundo se han implementado proyectos que permiten a las mujeres obtener documentación sobre los recursos naturales a los que tienen acceso, convirtiéndolas en dueñas legítimas de los mismos. Esta documentación proporciona seguridad a las mujeres, ya que les permite impugnar en los tribunales cualquier derroche de los mismos. Además, el documento no sólo es una herramienta para prevenir el acceso ilegal a los recursos naturales, sino que también les otorga una mayor participación en la administración y la toma de decisiones relacionadas
con los mismos.
Por lo tanto, la concienciación por parte de nuestras sociedades en cuanto a la necesidad de garantizar el acceso de las mujeres a los recursos naturales, así como la educación y sensibilización en cuanto a su significativa contribución a la toma de decisiones y el uso sostenible de los mismos, son imprescindibles para un equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la sostenibilidad de los recursos.