Las alertas mundiales se han disparado nuevamente, Ómicron, la variante super infecciosa ya es tendencia mundial. Pero al parecer Ómicron tiene también una de las mortalidades más bajas, de se sigue observado esta tendencia podríamos pensar que estamos llegando al establecimiento de la COVID-19 como una enfermedad endémica y/o establecida, algo con lo que tengamos que aprender a vivir permanentemente.
Recordemos que hoy la mejor herramienta que tenemos contra la COVID 19 es la vacunación, los contagios se han disparado y como ejemplo en Estados Unidos reporto más de 1,000,000 de nuevos casos en un solo día, la buena noticia es que las hospitalizaciones han disminuido considerablemente en relación con la cantidad de casos activos. Esta poca hospitalización se infiere que es por la cobertura de población que supera ya el 62%, y con un poco de optimismo a que la variante Ómicron ya es hoy la más distribuida en el mundo.
Lo que hoy debemos cuidar nuevamente es no saturar la capacidad hospitalaria, controlar la curva de contagios. Si una persona fallece por complicaciones de salud por COVID 19 es algo lamentable, pero dentro de la normalidad en momentos tan trascendentales como es la COVID 19, pero muertes por falta de capacidad hospitalaria es negligente.
Pero debemos ser justos y realistas, no podemos hoy culpar al sistema de salud, a los gobiernos y a la urgente reactivación económica, debemos también como ciudadanos aceptar nuestra responsabilidad como agentes de transmisión y con solo hacer una pequeña búsqueda en las redes sociales podemos ver que hemos relajado las precauciones sanitarias. Fotos de posadas, cenas navideñas y celebrando el año nuevo son algo común, sin cubrebocas, no respetando la sana distancia, en espacios cerrados y en la época de mayor riesgo para las enfermedades respiratorias, el invierno. Las colas para hacerse pruebas larguísimas, un enojo, paranoia e histeria colectiva manifestándose en ataques contra todo y todos que fueron irónicamente enmarcados en las fotos partiendo la rosca de Reyes. Parece que no hemos aprendido nada.
Es un momento complicado y a todos nos urge regresar a una vida un poco más normal, pero también debemos ser conscientes de nuestro papel en la propagación y mantenimiento de la enfermedad. Debemos tomar responsabilidad y no es que debamos caer en pánico y encerrarnos, eso tampoco es sano, debemos ser más prudentes para disminuir la curva de contagios y evitar que nuestro sistema de salud llegue a colapsar.
No existe panacea para atender a la COVID 19, pero lo que sí sabemos es que mejorar nuestro estado generalizado de salud y la vacunación son las mejores armas que tenemos para hacer frente a esta batalla. Entonces Ómicron parece ser el nuevo gran villano de la saga de la COVID 19 y al mismo tiempo parece ser la respuesta que tanto esperábamos para por fin salir de esta pandemia, de nosotros depende el papel que tome en la historia esta cepa super infecciosa.
Publicado en: Ómicron, ¿héroe o villano? – Punto Medio