Si no ven el Ramón, no hay selva

El Ramón, considerado un árbol noble y emblemático de Centroamérica, se remonta a los tiempos de la cultura maya. Estos atribuyeron al Ramón la disposición de importantes beneficios alimenticios y medicinales, aparte de su importante papel en la cosmovisión y identidad mesoamericana. Sin embargo, hay otros factores menos conocidos en relación con el Ramón. Por ejemplo, para prosperar, el Ramón debe cumplir con ciertas condiciones hidrológicas, ya que esta especie ha logrado adaptarse al sustrato deficiente de la Península de Yucatán.

Además, esta planta ecológicamente sensible es también un elemento clave en el entorno de muchos otros organismos, desde árboles hasta cucarachas y mamíferos, que dependen de él como refugio y alimento. Realmente, el Ramón es un árbol que vela por las demás vidas de su entorno, incluido el ser humano.

Un gran ejemplo de los beneficios directos de los que yace sobre los seres humanos viene de la mano de la comunidad de El Ejido Quiriguá, Guatemala, conformada por 234 personas, la mayoría de ellas mujeres. Allí, comenzaron un proyecto donde transformaban la semilla de Ramón en alimentos para su comunidad y para personas externas. No obstante, las verdaderas problemáticas se presentaron no de plano en la generación de ganancias a partir de la comercialización del ramón (vendido por todos lados gracias a sus abundantes semillas), sino de la justa repartición de los mismos y el análisis y planeación de la organización. Por ejemplo, sacrificarían gran parte de sus ganancias en el gasto de gasolina para sacar el producto de una localidad a otra. Esto halaba en gran parte las ganancias de las mujeres, que trabajaban duro para construir la casita donde se manejaría el proyecto.

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Hoy en día el Ramón sigue siendo un árbol noble y beneficioso para todos aquellos que lo habitan. Se trata de una especie que, con solo existir, ha logrado hacer una diferencia descomunal no solo en el medio ambiente sino en la vida de todo aquel que tiene la suerte de conocerlo.

La esperanza de la comunidad de El Ejido Quiriguá es que una nueva cocina surja de su trabajo duro para cuidar y gestionar la semilla de Ramón. Esta semilla es fácilmente accessible y abundantes, algo que le dan grandes beneficios a esta comunidad de 234 personas. La motivación para mejorar la distribución y alcance de los productos fabricados a partir del ramón es un tesoro precioso para esta comunidad, motivación que podría beneficiar a otras comunidades similares, así como a nosotros como usuarios y consumidores de los alimentos y medicinas que se extraen de este árbol.

Por otro lado, recordamos lo dicho por esta comunidad de que el ramón es “por todos lados”: “si no ven el ramón, no hay selva”. Este dicho refleja la importancia del Ramón como vegetación y como patrimonio del ecosistema; y como tales, hay que cuidarlo para una futura generación que pueda seguir disfrutando de su belleza.

Es por esto que se nos hace elemental extender nuestras manos a aquellas comunidades que, gracias a un trabajo arduo, mencionado por Leticia, encontraron una forma de vida y una relación sostenible con los recursos naturales. Ellos nos han enseñado a mantener el equilibrio entre la cultura y la naturaleza, así como también nos han brindado la oportunidad de ver como puede ser el futuro de cualquier región en relación con el Ramón: un futuro donde la sostenibilidad este presente en nuestras decisiones.

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En Yucatán, es posible llevar a cabo un proyecto para procesar la semilla del árbol Ramón para obtener alimento. El Ramón (pipinol o también conocido como Prosopis spp.) árbol que se encuentra comúnmente en la región y ofrece una variedad de usos prácticos. Estas semillas se recolectan del árbol Ramón con el fin de procesarlas para hacer una variedad de alimentos, como tortillas, galletas, flanes y más.

Sin embargo, antes de comenzar un proyecto de este tipo, es importante consultar con expertos para asegurar que se tomen las medidas de seguridad adecuadas encontrándolas en la organización de Va Por La Tierra, a cargo del Dr. Salvador Castell González, ya que la semilla del árbol Ramón presenta algunos riesgos para la salud humana. Es importante controlar el contenido de sustancias tóxicas que puedan estar presentes en la semilla para garantizar que el aprovechamiento y el consumo del alimento sean seguros.

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