La gonorrea es una enfermedad de las enfermedades más antiguas de las que se tiene registro, tan antigua como es la civilización egipcia y es provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o gonococo.
Según datos de la OMS actualmente la gonorrea infecta a 78 millones de personas en el mundo cada año, generalmente por transmisión sexual, aunque puede haber transferencia madre-feto. Aunque las áreas de mayor infección es la zona urogenital y la garganta puede colonizar otras zonas una vez que está bien establecido el patógeno. El tratamiento común es la administración de antibióticos, pero los médicos al rededor del mundo han ido reportando los últimos años la existencia de cepas resistentes al antibiótico local suministrado, teniendo que emplear antibióticos más agresivos.
Los síntomas clásicos de la gonorrea son descargas desagradables, dolor en el abdomen y una sensación de ardor al orinar. También puede conllevar otras complicaciones que afectan principalmente a mujeres, como la enfermedad pélvica inflamatoria, embarazo ectópico, infertilidad y una mayor probabilidad de contraer el VIH. No obstante, una persona no siempre exhibirá síntomas, por lo que es posible que padezca la enfermedad sin saberlo.
Pero ¿cómo es que la gonorrea se hace cada vez más resistente?, pues principalmente es porque en general el tratamiento solo se aplica cuando se presentan los síntomas y con la practica común de no acabar los tratamientos, favorecen la supervivencia de cepas resistentes. Por otro lado, Neisseria gonorrhoeae es una proteobacteria, y este grupo bacteriano se distingue por la gran flexibilidad genética que presentan y la capacidad para transmitir pequeños paquetes genéticos entres especies. Gran cantidad de bacterias ambientales son resistentes a los antibióticos, pero no presentan genes virulentos, por lo cual no son un problema de salud para el humano. En el caso de la gonorrea, la convivencia con otros organismos y la plasticidad de su genoma, le permite adquirir estas propiedades de resistencia de otros organismos.
También es importante considerar que el uso de prácticas sexuales no seguras y la gran facilidad de interacción y movilidad humana que existe en la actualidad permite que los procesos evolutivos en las bacterias se aceleren, ya que pueden tener contacto con gran cantidad de grupos bacterianos, que en condiciones normales no sería posible.
Actualmente no existe tratamiento para esta nueva súper gonorrea, y los que muestran algo de efectividad, son antibióticos de amplio espectro muy agresivos que terminan afectando igualmente al humano hospedero.
La prevención y prácticas sexuales seguras son las mejor manera de evitar el contagio.