La educación es uno de los derechos humanos más importantes y el pilar fundamental sobre el que se sustentan gran parte de los otros derechos humanos. Este derecho humano a la educación ya se consideraba una necesidad en México desde mucho tiempo antes de que se firmara la carta de derechos humanos. La Historia de la educación pública comenzó con Don Porfirio Díaz, al que tanto llaman enemigo del pueblo en realidad sentó muchas de las bases legales para el desarrollo de México, como fueron la Ley de la Educación Primaria de 1908 y la Ley de Instrucción Rudimentaria de 1911, éstas fueron proclamadas poco antes de que triunfara la revolución y fueron ratificadas por el gobierno entrante.

En esta ley la educación primaria se volvía una obligación del estado, iniciando el proceso de alfabetización en México, se crearon escuelas y centros de instrucción donde se enseñaban oficios a la población masculina que ya tenía la mayoría de edad.   Fue así como la Educación forma parte obligatoria de la vida del mexicano desde hace poco mas de un siglo, una educación universal, de calidad y para todos, pero ¿debe la educación ser la misma para todos?

En la actualidad la inclusión y la integración educativa es, o va a ser, el principio universal al cual se van adaptando países con retraso educativo como lo es México, que, aunque tenemos leyes consideradas entre las más avanzados del mundo, en la practica el rezago es significativo

¿La Educación Universal?

La educación es la base y principio para el desarrollo de las sociedades, principalmente mediante el enriquecimiento académico de sus ciudadanos en formación, pero uno de los grandes problemas que se ha observado es el establecimiento práctico del concepto de educación universal.

La Educación Universal pretendía originalmente establecer programas mínimos básicos a transmitir a los estudiantes, mediante un proceso de desarrollo cuadrado y con poca apertura, basándose en las necesidades mínimas del ciudadano promedio. Esto traía como consecuencia el rezago educativo, el fracaso académico y la frustración profesional.

La educación establecida bajo los criterios estrechos no permite al estudiante desarrollarse plenamente, entonces para los estudiantes con problemas de aprendizaje se crearon centros educativos que, en su afán de transmitir el mínimo de conocimiento necesario para poder convivir en la sociedad estudiantil en desarrollo, en ocasiones terminaban con el abandono y frustración de los estudiantes.

Con estas experiencias se han comenzado a regresar a los estudiantes que por cualquier causa tenían un rezago educativo a la escuela tradicional, pero con programas ligeramente flexibles y con soporte adicional para poder cumplir con estos estándares mínimos de educación que se han establecido como necesarios. Esto solo deja una pregunta en la mesa, ¿Qué clase de ciudadanos queremos?

Para poder responder esta pregunta primero tenemos que considerar lo esencial en cualquier proceso de producción y desarrollo: la materia prima, es decir, nuestros estudiantes.

Los pequeños ciudadanos en desarrollo tienen un sinfín de virtudes y de dificultades, únicos para cada pequeño en formación, el establecimiento de un programa de estudio básico que pueda satisfacer el inmenso abanico de actitudes, aptitudes, ventajas, desventajas, deficiencias, capacidades y discapacidades es una labor muy difícil si no imposible, dejan siempre más de un estudiante con la insatisfacción de no haber sido formado a plenitud.

¿Qué podemos hacer?

Lo obvio: dejar el panorama cerrado de educación, con un programa reacio y empezar a apostar por la educación especial. Esta educación que fue originalmente conceptualizada para poder satisfacer las necesidades educativas de los niños con discapacidad, pero que entre más se desarrolla la disciplina más evidente es su aplicación en la educación de todo el universo de estudiantes, con una currícula flexible, sin tiempos limitados y avanzando al ritmo del estudiante.

 

La Educación es un derecho humano universal, donde justo la parte universal es la parte más complicada, ya que sacando del panorama las diferentes culturas de las diversas regiones de los múltiples países, tan solo en nuestro país la diversidad es suficiente. El norte y el Sur, la ciudad y las zonas rurales, la discapacidad y los niños dotados, todos son dignos y tienen el derecho y obligación del estado de otorgarles educación que en su desarrollo les permita realizarse profesionalmente y como personas. A involucrarse a nivel social y explotar las ventajas, capacidades, actitudes y aptitudes, y dejar de fijarnos en las deficiencias y discapacidades. Un programa Universal de alcance, pero independiente en ritmo y profundidad, para que cada uno de nuestros estudiantes pueda formarse plenamente y llegar a ser lo mejor de sí mismo.

 

En México la educación no permite el desarrollo de las ventajas y se basa en las competencias, tiene programas que ya han sido desarrollados desde hace tiempo para los pequeños con discapacidad, pero somos pioneros en el desarrollo de las grandes promesas de los niños sobresalientes. La Educación Universal debe involucrar a todos y cada de uno de ellos, pero algo aún más importante es que debe estimular la sana convivencia para una integración exitosa de nuestros pequeños en la sociedad.

 

Uno de los grandes pasos para desarrollar este tipo de educación involucra el introducir profesionistas no pedagogos en la formación de los pequeños para la enseñanza de las ciencias, que son las áreas del conocimiento en las que mas se adolece en nuestro proceso de formación, muchas veces por la falta de entusiastas que nos transmitan el amor por el conocimiento, que nos involucre en aventuras de descubrimiento y así, mediante descubrimiento tras descubrimiento, en un ecosistema dócil, aprender conocimiento cada vez más complejo mediante una epifanía tras otra. Establecer ferias de ciencias como en los países más desarrollados, el generar programas acelerados que permitan el pleno desarrollo también de los pequeños que han sido beneficiados en su genética y desarrollo que no terminen en la primaria como es el programa actual de enriquecimiento.

 

El paso hacia un México de descubrimientos solo requiere de un pequeño paso, quitar los muros que hemos construido en el proceso educativo, donde tenemos gran cantidad de niños campeones de matemáticas, robóticas, haciendo cuentas mentales, dibujo, danza, etc., que poco a poco pierden esa brillantez que los caracterizaba, al entrar en el proceso educativo donde solo algunos cuantos logran ser impulsados, pero la mayoría se queda en el camino, y pierden la genialidad con la que nacieron.

 

Es necesario para este México que quienes nos dedicamos a educar, también nos reeduquemos, para ser parte del nuevo México que todos nos merecemos. Un México lleno de casos de éxito, y no un país que sigue esperando el quinto partido, un México donde la fuga de cerebros no sea por necesidad, si no por gusto, un México donde las competencias se acaben y puedan convivir plenamente todos los que cohabitamos en esta región del planeta, porque el principio universal de los derechos humanos es que TODOS, absolutamente TODOS, somos iguales.

La Educación es un derecho humano universal, que busca la formación y desarrollo exitoso de los futuros ciudadanos y los actuales. Pero en la practica la Educación no puede ser universal, debe ser universal las herramientas, la estructura, las instituciones y el acceso al conocimiento, pero debe ser libre y flexible, de acuerdo con las capacidades y ventajas personales de cada estudiante para una plena formación del humano en formación. La Educación es el pilar por el cual podemos formar ciudadanos íntegros, en plena armonía, sin competencias que permita el respeto entre las personas y la integración de los derechos humanos en la vida de cada persona.

La Educación es entonces el derecho humano más especial y la buena educación la base para una sociedad civilizada y respetuosa.

 

 

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Acerca del autor(es)

La Educación, un Derecho Especial

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