La agenda 2030 es la cúspide del proyecto internacional para articular nuestro derecho a un ambiente sano y asegurar la disponibilidad de recursos naturales y servicios ambientales en calidad y cantidad para las futuras generaciones, considerando también el desarrollo y la justicia.

Esta agenda es el resultado de la maduración y adaptación de la carta de derechos humanos que mediante los acuerdos de Estocolmo de 1972 y la declaración de Río de 1992 establecen los principios fundamentales entre las naciones para el sano desarrollo y aseguramiento del desarrollo sostenible en las naciones y entre las naciones.

Para poder articular todos estos procesos de articulación internacional era necesario establecer distintos acuerdos y compromisos entre las partes para realizar de manera sinérgica el establecimiento de una cultura de la sustentabilidad entre y en las naciones. La agenda 2030 es hoy por hoy la apuesta actual que ha sido la maduración de muchos acuerdos como el acuerdo de Nagoya, CITES, convenios RAMSAR, Convenio de Minamata, Convenio de Viena sobre Ozono, Convenios sobre la diversidad biológica, Acuerdos Basilea y el convenio de Rotterdam entre muchos otros a los cuales se debe hacer referencia porque ya son hoy por hoy un compromiso adquirido.

La importancia de la agenda 2030 es que establece los principios y fundamentos seguimiento, con metas establecidas e indicadores que nos permiten darle seguimiento a este proceso de acción local para cooperación global, es el artefacto y herramienta que nos permite medir, mejorar y actuar por la defensa de los derechos humanos en vías del desarrollo sostenible.

Hoy por hoy, más que nunca es necesario impulsar las acciones de implementación de acciones que nos permitan cumplir con estos compromisos en esta década de acción, de los mares, de restauración de ecosistemas. Es urgente la acción sinérgica y efectiva para asegurar nuestro derecho a un ambiente sano y todos los demás derechos humanos ya suficientemente hemos visto de la fuerza de la naturaleza y como está cambiando de manera negativa hacia nuestra propia supervivencia y la agenda 2030 es nuestra mejor herramienta.

Pero es necesario y como lo dicta también la ley y el acuerdo de Escazú el establecer consejos de participación ciudadana para la implementación de las acciones y políticas publicas para la correcta implementación de la agenda. Hoy más que nunca es necesaria tu participación para que esta agenda sea positiva, de impacto y universal. Entonces, ¿trabajamos juntos de manera sinérgica? o seguimos haciendo simulaciones pensando en el 2040 como muchos proponen, como si esta crisis climática se pudiera poner en pausa.

Debemos ser una ciudadanía informada que exija el respeto hacia nuestros ecosistemas, sin estos, no hay manera de sostener nuestras necesidades.

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La importancia de la agenda 2030

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