El día mundial de la educación y el día mundial de la educación ambiental, dos fechas que pasan casi desapercibidas pero que deberían ser prioritarias en las agendas anuales de todos.

La educación es o más bien debería ser el pilar fundamental para países que quieren desarrollarse, historia nos indica algo que parece difícil de entender, lo países que invierten en educación se desarrollan mejor, y no solo educación académica, también la otra educación, la social, la comunitaria, la empática, la ecosistémica.

De ahí nace la principal discusión del llamado “fin de la educación” que a nivel basal es “formar a los ciudadanos que necesitamos”. Pero, que significa esto, pues que nuestros hijos van a ser educados de la manera que mejor le funcione a un país, y no solo de manera productiva, también de manera cívica y conductual como la educación patriota en Rusia y Estados Unidos, pero lo que se esconde detrás de esta afirmación es lo preocupante.

La manera más fácil de formar y controlar a estos ciudadanos útiles para el país, para el sistema. No es darles las herramientas para potenciar sus capacidades, aptitudes y actitudes y así formar la mejor versión de sí mismos, que es el fin utópico de la educación, no, la estrategia es aún mas villana de lo que quisiéramos creer y es establecer el estándar de felicidad.

¿Y qué tiene que ver la felicidad? Cuando una persona es feliz, no se queja, no critica, no busca crecimiento, está cómoda, por lo tanto, si nuestros ciudadanos estén cómodos y felices fácilmente. Como ejemplo México, que siendo una de las potencias económicas mas poderosas del planeta, estamos en los últimos lugares de educación, pero eso sí, somos de los países más felices del mundo.

Esta manipulación de la felicidad también se ha convertido en un serio problema ecológico ya que el hiperconsumismo y la posesión como estrategia para ser felices también ha sido un pensamiento impuesto para favorecer esta estructura geopolítica basada en el consumo, el capitalismo irracional y ha tenido un consecuente impacto en el equilibrio y calidad de nuestros ecosistemas.

Así que si, la educación es un pilar fundamental para todo, es un objetivo del desarrollo sostenible, antes que eso un objetivo del milenio y un derecho humano o cualquier otro termino que le pongamos, pero si no cambiamos estos estándares de felicidad, no será posible ser una sociedad justa y sustentable.

La educación es hoy el arma más poderosa que tenemos contra el cambio climático, y no solo es educación en temas ecosistémicos, es educación para los tomadores de decisiones que muchas veces pecan de ignorancia, es educación para producir alimentos y servicios sin impacto ecosistémico, es educación planeada en el futuro para formar la sociedad que necesitamos en 10 o 20 años, es reeducación para los adultos y formación para nuestras infancias y juventudes. Hoy es un recordatorio de que hoy más que nunca debemos apostar a la educación.

Publicado en: La buena educación – Punto Medio

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La buena educación

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