Desde el 31 de octubre al 12 de enero se esta realizando en Glasgow Escocia se esta realizando la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Esta COP26 era muy esperada ya que incluso fue aplazada por cuestiones de salud de este dramático episodio para la humanidad que es la pandemia. Ya todos hemos vivido en experiencia propia la creciente fuerza de los fenómenos meteorológicos y el impacto social y económico de los mismos.

En fin, el mundo a la expectativa de la COP26 esperando que después del gran anuncio del 8 de octubre del reconocimiento del derecho a un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible por parte de la asamblea general de la ONU, de la mano de todo lo que hemos pasado desde hace 2 años que se dio la primera alerta sanitaria en China ejerciera un cambio sistémico en nuestros gobiernos y se hicieran resoluciones importantes durante la conferencia de la ONU.

La realidad es que los resultados de la primera semana han sido por decir poco decepcionantes, muy poco ambiciosos y sin compromisos real por atacar de frente las causas del calentamiento global, tan solo un refrendo de los compromisos adquiridos por el G8 de ya no financiar proyectos energéticos de carbono y aumentar el financiamiento para los países mas vulnerables a los efectos del cambio climático.

Pero, la realidad es que tenemos muy claro que poco apoco tenemos cada vez claro que debemos tomar decisiones que sean de fondo, que resuelvan el problema de raíz o lo mas cerca posible de la causa real, no de recisiones de forma, pragmáticas y sin trascendencia.

Debemos ser una sociedad informada, objetiva, justa, pero sobre todo dispuestos a cambiar lo que somos y como nos comportamos como humanidad, debemos buscar estar en equilibrio con la naturaleza y reducir nuestro consumo, sobre todo nuestro exceso de consumo.

Aunque no quisiera ser pesimista, la historia nos ha dicho que estos acuerdos no tienen impacto real en las comunidades y debemos ser una sociedad más asertiva al momento de elegir a nuestros representantes y a los tomadores de decisiones.

La agenda 2030 dice que nadie se quede atrás, debemos si impulsar nuevas políticas en los países más vulnerables pero también debemos limitar el sobre consumo en los países mas poderosos y ricos, que siguen teniendo por mucho las huellas ecológicas más intensas y no es suficiente con acordar el recuperar el 85% de las zonas deforestadas, debemos proteger las zonas de carbono azul que son verdaderos sifones de carbono y los ecosistemas del tipo de humedal son los mas efectivos en captura de carbono por unidad territorial pero de este proyecto y los alcances que puede tener el recuperar y proteger nuestros humedales. Y como siempre, el camino a la sustentabilidad es un proceso gradual pero continuo y solo es posible caminar si todos los componentes de la sociedad trabajan juntos en red por el futuro.

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La COP26

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