Hacia una nueva ley General de Biodiversidad
Hablando de la protección de la naturaleza y su biodiversidad, el día 12 de febrero, en el Senado de la República se recibió una ambiciosa iniciativa de ley que busca transformar la manera en que México conserva y aprovecha su rica biodiversidad. La propuesta, impulsada por la Senadora Maki Esther Ortiz Domínguez y un grupo de senadores, plantea la creación de una Ley General de Biodiversidad, un marco jurídico integral que abarcaría la protección de genes, especies y ecosistemas.
Esta nueva ley no solo actualizaría la legislación vigente, sino que derogaría la Ley General de Vida Silvestre, considerada por algunos como insuficiente ante los retos actuales. Además, introduciría reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) para armonizar ambos marcos legales.
La iniciativa se alinea con los compromisos internacionales de México en materia de biodiversidad, incluyendo el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Marco Mundial Kunming-Montreal. Entre sus puntos clave, destaca el enfoque holístico que considera los tres niveles de la biodiversidad, la promoción del aprovechamiento sustentable, la participación de comunidades locales e indígenas, y el desarrollo de instrumentos económicos para incentivar la conservación.
La propuesta también aborda frontalmente el problema del tráfico ilegal de especies, estableciendo prohibiciones específicas y fortaleciendo los mecanismos de vigilancia. Además, introduce el concepto de “bioética del manejo” para asegurar el trato digno y respetuoso a los animales.
Sin embargo, la iniciativa no está exenta de desafíos. Expertos señalan la necesidad de asegurar el financiamiento adecuado para su implementación, así como la correcta delimitación de competencias entre la nueva ley y la LGEEPA para evitar duplicidades y confusiones. También se ha enfatizado la importancia de fortalecer las capacidades de inspección y vigilancia para garantizar el cumplimiento de las normas.
La propuesta ha generado un debate entre diversos sectores. Organizaciones ambientalistas celebran la iniciativa como un paso crucial hacia la protección del patrimonio natural de México. Por otro lado, algunos actores económicos han expresado preocupación por las posibles restricciones a sus actividades.
El Senado analizará la propuesta en las próximas semanas, en un proceso que se espera sea participativo e incluyente, con la intervención de diversos sectores de la sociedad. De aprobarse, la Ley General de Biodiversidad marcaría un hito en la historia de la conservación en México, posicionando al país a la vanguardia en la protección de su riqueza natural para las generaciones futuras.