Yucatán es uno de los destinos más hermosos del país. Debido a su clima tropical y su riqueza marina, el Estado atrae cada año a miles de extranjeros y nacionales que acuden para divertirse, realizar deportes acuáticos y, en definitiva, descansar y olvidarse de la monotonía de la vida urbana. Esta riqueza ambiental corre el peligro de ser destruida por la creciente contaminación por plásticos que amenaza a la región. La producción de productos y envases de plástico genera una gran cantidad de desechos que entran al mar a través de desagües, ríos y vientos. Estas partículas de plástico acaban en la playa, en el fondo marino y en la vida silvestre, con efectos perjudiciales para las criaturas marinas. Además, la contaminación por plásticos provoca un aumento de la temperatura del agua, el aumento de la producción de metano y cianuro en la tierra en la costa y el aumento de las algas tóxicas. Estos efectos, a su vez, tienen graves implicaciones para la salud humana Las personas en Yucatán pueden sufrir problemas de piel, enfermedades respiratorias o incluso cáncer.
Además de los riesgos ambientales y de salud que plantea la contaminación plástica, el estado de Yucatán también está perdiendo su potencial para el turismo. Las hermosas playas del estado se ven empañadas por la presencia de desechos plásticos, y los turistas eligen cada vez más otros lugares para sus vacaciones. Desafortunadamente
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